La vida es perfecta
¡Qué paz! Buenos días, por cierto.
Hoy es día 5 de abril del 2020 y siempre pienso: ¡qué bonito
número el de este año! ¿No lo creéis? Cuando comenzamos este año me dije a mí
misma: este va a ser un gran año para mí, un año de cambios en mi vida y de nuevos
comienzos y… hasta la fecha así está siendo, a pesar de la cuarentena, pero eso
forma parte de este cambio y no lo estoy lamentando en absoluto, aunque al
principio me costó adaptarme a esta nueva situación sin precedentes, pero ahora
siento que la estoy disfrutando y aprovechando.
Jope, ¡qué bonito día el de hoy! Para mí, ahora mismo, es
perfecto. Levanto la cabeza de la hoja y miro al cielo mientras estoy sentada
en la entrada de mi casa, apoyada contra la pared que marca el final del salón,
o el comienzo, según lo mires, como con todas las cosas que suelen tener varios
puntos de vista, y sí, con el pijama puesto y una trenza despeinada de recién
levantada. El cielo está pintado irregularmente de blanco, azul y gris clarito,
con el sol tratándose de hacer hueco entre las nubes para saludar a la vida y
darnos los buenos días, unas nubes que no son de lluvia, pero que nos recuerdan
que ya estamos en primavera. Una brisilla suave consigue mover mi pelo mientras
tengo la cabeza agachada escribiendo estas líneas. No se me hace fácil porque
tengo el cuaderno apoyado encima del portátil para tener mayor equilibrio, sin
embargo, al mismo tiempo me peleo con las siguientes hojas en blanco de mi
librillo que se doblan hacia mí por la brisa.
Los pajaritos no paran de cantar, ¡qué genial poder
escucharlos con tanto detenimiento de nuevo! Me acompañan en esta mañana
primaveral y no me puedo sentir mejor ahora mismo. De vez en cuando miro hacia
arriba para poder disfrutar de las vistas y aprovechar que el aire me acaricie
la cara con los ojos cerrados mientras pienso sobre lo que quiero escribir.
Siento que de vez en cuando viene muy bien tener estos
parones en nuestras vidas, como el que estamos viviendo en esta situación de
cuarentena, para poder recapacitar sobre las cosas en general. Creo que es muy
importante parar y observar a nuestro alrededor, con calma y meditar. Hacernos preguntas a nosotros mismos para
poder entender si éste es el camino que queremos seguir en nuestra vida. Pero,
para mí, la pregunta más importante de todas y la más difícil de responder es:
¿eres feliz? Con todo lo que eso conlleva. Por eso considero tan importante
parar de vez en cuando, pero de verdad, y observar tranquilamente. Sumergirnos
dentro de nosotros sin miedo y fluir y ser honestos con nuestro yo, para así,
cuando regresemos de nuevo a la realidad, poder entender cómo te sientes tú en
esa realidad, en la tuya y averiguar si quieres continuar con ella.
Querido 2020, me sigues entusiasmando tanto como al
principio, tanto como cuando viniste a saludarnos y a acompañarnos durante un
año de nuestras vidas. Como puse en el encabezado de una foto que subí a
instagram en la que salgo celebrando la Nochevieja con algunos de mis amigos:
me das muy buenas sensaciones. No puedo creer que ya hayan pasado 3 meses desde
entonces. Siento que el tiempo va muy deprisa y quiero seguir disfrutándote.
Me alegra saber que has traído contigo esta situación tan
inesperada porque, ojalá, sea la excusa para cambiar el rumbo de ciertas cosas
en la sociedad.
En mí, por lo menos, estás consiguiendo que tenga una nueva
perspectiva ante la vida: la valoración. Valorar todo lo que tenemos, pero ya
no tanto lo material, pues eso quizá sea lo más insignificante de todo y bien
que nos lo está demostrando un virus que es invisible a nuestros ojos, pero que
está causando mucho dolor. En esa situación, en la que estás luchando para no
dejar la vida, ¿qué más da lo material?, ¿qué más da todo el dinero que tengas,
propiedades o posesiones?, ¿qué más da?, si quizá no vuelvas a ver a tus seres
queridos y, lo que es peor, quizá no puedas darles el último adiós. Valorar
todo lo que no se puede comprar, pues eso, en el fondo, es lo que nos hace más
felices realmente.
Experiencias, personas, propósitos… creo que es momento de
abrir paso a una nueva forma de interpretar la vida, más solidaria, más
altruista, más transparente y más afectiva.
Vive con pasión y con sentimiento. Fluye más y piensa menos.
Valora los pequeños detalles. Quiérete, quiere y déjate querer. No sabemos
cuánto tiempo vamos a estar aquí, así que aprovéchalo sin miedo. Es tu única
oportunidad, como la de todos. Y como un buen amigo siempre dice: “la vida es
perfecta” y es cierto, sólo depende de si de verdad lo crees y de las acciones
que hagas para que así sea.
Sé feliz.
Comentarios
Publicar un comentario