So live the life you will remember



Hace poco me di cuenta de esta frase. Mientras escuchaba una de mis canciones favoritas, a día de hoy: “The nights”, quise entender la letra y entonces mencionaron esta frase: “so live the life you will remember”, la cual quiere decir: “vive una vida que vayas a recordar”, y me quedé pensando en ella. Estoy totalmente de acuerdo con ella, quiero decir, si nos fijamos bien, tiene mucho trasfondo. He llegado a la conclusión de que su significado se refiere a que tienes que vivir siendo feliz y haciendo aquello que te guste.

Vivimos en una sociedad infeliz, inconformista, nunca llegamos a ser felices del todo porque no estamos satisfechos con lo que tenemos, siempre queremos más y más, y si es posible, mejor. Estamos avocados al consumismo de forma involuntaria, manipulados por una sociedad artificial, aquella que te hace sentir inferior si no te consigues equiparar al resto de personas con lo que tienes.

Tratamos de ser felices en un mundo que no lo es, buscar esa paz, esa calma con uno mismo y con los que nos rodean, pero estamos condicionados a vivir acomplejados, tristemente, por cosas intrascendentes y aparentes. Por regla general, por cosas materiales y estéticas. Y es que al final, según la pirámide de Freud, cubrimos perfectamente las necesidades básicas, las que una persona requiere para vivir; entonces, ¿por qué no somos capaces de llevar una vida plena? Fácil, porque somos inconformistas, no por naturaleza, sino forzados por entes que aún lo son más y lo único que buscan es beneficiarse y enriquecerse a nuestra costa, para llegar a satisfacerse, pero nunca estarán contentos con lo que ya tienen, porque siempre querrán más.
Tenemos que estar por encima de todo eso, de querer siempre el último modelo de algo o llevar ropa de marca. Eso no va a hacer que seamos felices, ni que estemos satisfechos. Haciendo eso sólo nos vamos a sentir inferiores, porque en cualquier momento habrá alguien que tenga algo mejor que tú, o será más alto o más guapo y eso no se puede cambiar.

En los países desarrollados es muy remoto llegar a ser feliz, porque al final, ¿Cómo se es feliz?. Para empezar, la felicidad no tiene definición como tal, pero quizá y bajo mi punto de vista, alguien que puede alcanzar la felicidad ha de ser una persona que viva relajada, sin complejos, que sea conformista con lo que necesita para vivir, es decir, una persona que viva en paz con ella misma y con el mundo.
Esto es muy complicado conseguirlo si se vive en una sociedad consumista y enfadada. Luego también hay más variantes a tener en cuenta y de ahí la otra parte del significado del título, “haciendo lo que te gusta”.

Comúnmente las personas no están a gusto con lo que hacen, es decir, con aquello a lo que se dedican para vivir.
Son pocas las personas que trabajan en algo que les llene. Por ejemplo, que vayan sonriendo al trabajo, pero esto, sin embargo, debería de ser algo fundamental, como una cláusula en el contrato de la vida. No importa tanto el prestigio que te de trabajar en algo concreto o el dinero que se gane trabajando de ello, sino que realizando cierto trabajo, estés contento, a gusto y satisfecho.

Aquellos países que ni viven para trabajar, ni trabajan para vivir, son los que más personas felices abarcan. La gente al ser más feliz, es más amable y generosa con los demás, no se sienten ni inferiores ni superiores, no tienen complejos porque no son consumistas. Tienen una mentalidad totalmente distinta a los países del Norte.
Así deberían de ser todas las civilizaciones, pero por desgracia son escasos estos lugares. Se les llama paradisíacos, no sólo por sus paisajes, sino por cómo se vive en ellos.

Me consuela saber que aún queden sitios así, vírgenes a la manipulación y degradación.

No sólo estamos acabando con el mundo, también lo hacemos con las personas. Bulimia, anorexia, suicidios, acoso, violaciones, asesinatos, terrorismo, corrupción... Todo esto ha sido causado poco a poco por la sociedad, gravemente no tercermundista, a la que se le achaca un ínfimo nivel de vida; sino por los países más avanzados, que es lo peor.
Pongo en duda que se viva mil veces mejor en las potencias mundiales. En ellas se vive con temor, con miedo a quedarte sin trabajo y no tener dinero para comer, ni sacar adelante a tu familia, a que quiebren bancos o empresas y por consiguiente no puedas pagar tu casa y te desahucien, con miedo a que tus hijos sufran actos como los descritos anteriormente, a que haya atentados y cosas similares...
Nuestra vida consiste en trabajar unas horas mínimas para ganar un sueldo ridículo que no se corresponde con las horas empleadas, y así poder pagarte una vivienda, la comida, la luz, el agua, el gas... y al final no poder ahorrar para irte de vacaciones, que es 1 mes, de 12, lo que te permiten para descansar; trabajar durante al menos 45 años para que te corresponda una pensión cuando te jubiles a una edad ya avanzada, y no haber podido disfrutar de todo lo que te hubiera gustado de joven. Todo gira en torno al dinero, a la economía y la política corrupta. Si a eso se le llama vivir bien, yo discrepo y pongo la mano en el fuego a que los países menos desarrollados no viven peor que nosotros en ese sentido. Cierto es que no tienen las mismas oportunidades, ni disponen de los mismos avances, pero ellos son felices y se conforman con lo que tienen y saben vivir en esas circunstancias, que por contra, nosotros en su lugar seríamos incapaces.

En definitiva, la felicidad no está en tener un ferrari o una mansión en la costa, o en ser director de una multinacional. La felicidad consiste en disfrutar de tu vida, haciendo lo que te gusta y no creerte ni mejor ni peor que nadie, apreciar lo que tienes y saber que tienes todo lo necesario para vivir bien.

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